Nos duele tu tiempo herido de muerte... tu mejilla ausente... tu desespero ahogado...
Nos lleva al fuego tremendo y brutal que consume el aire y quema todos los amores posibles...
Nos dueles, Hermana, en el ojo inútil que no te vió y en la mano que no pudo sacarte de ese destino equivocado...
Tu muerte no tiene reparos... No hay nombre que nombre esto que a Todes nos envenena y asesina...
Eliana, Siempre... Eliana, Hermana que ya no huye y se queda en el Corazón demudado, en el vértigo del último respiro...
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