COMO GATO ENTRE LA LEÑA - Un relato de Lucio Pedro Aberastain Ponte Una de las últimas jornadas de fuertes vientos -no fue hace tantos días atrás-, pude ver una bolsa de rediduos gigante, de esas de consorcio, que iba impulsada por las ráfagas, a ras del suelo... en la vereda de enfrente como de costado, caminaba la gata barcina, como haciéndole fuerza al ventarrón pulsudo. En una de esas, zás... -sí, zás he dicho- no va que la gata queda entrampada, como tragada por la boca gigantezca y negra de la bolsa, adentro de la bolsa... Se ve que se hizo un ovillo en el interior del imprevisto calabozo y la gata empezó a gemir, maullar, bufar -yo creo que puteaba en su idioma felino-; y sí: era un torbellino bolsa adentro... cruucé con intención de destrabarle un poco el tema, pero cuendo llegué las filosas unas de la barcina ya desgarraban el plástico y en eso asomó la cabecita y miró con mucha expresión en los ojos y me vió a mí -creo- y salió más que presta de la ya tajeada mortaja negra, ...